La naturaleza de una superficie de hormigón, metal, cerámica, asfalto u otro material, es muy importante porque determina la idoneidad para la humectación y, por lo tanto, la calidad de la unión. Así que, una adecuada preparación de superficie antes y durante la aplicación de un material protector, hará posible conseguir una mejor protección del substrato.
Este proceso al final garantizará una mayor longevidad del sistema protector, lo que abrirá paso a una reducción de costos de mantenimiento. Pero ¿En qué consiste preparar una superficie y cuándo realizarla? ¿Cuántos tipos de preparación existen?
En este artículo desgranaremos información importante acerca de esta operación esencial para renovar, reparar o consolidar una superficie sólida, firme y capaz de soportar las variables a la que se expone.
Índice de contenidos
¿Qué es una Preparación de Superficie?
La preparación de superficie es el primer paso en el tratamiento de una superficie (metal, hormigón u otro material) antes de la aplicación de un recubrimiento. Este paso implica limpiar la superficie de todos los contaminantes como aceites, grasas, óxido y otros residuos, así como crear un perfil adecuado sobre el cual la pintura y otros materiales puedan adherirse adecuadamente.
En otras palabras; se trata de un proceso fundamental y necesario para todas las aplicaciones de recubrimiento con el propósito de garantizar la durabilidad a largo plazo del material protector y el buen estado de la superficie en sí misma.
¿Cuándo realizar una Preparación de Superficie?
Se realiza un proceso de Preparación de Superficie cuando se desea reparar, renovar o consolidar una superficie. Por lo tanto, esta técnica se emplea en una variedad de aplicaciones de fabricación o restauración de objetos y superficies.
Dependiendo de la aplicación y del tipo de superficie, es posible que se requiera un proceso simple como una pasada de chorro abrasivo para lograr el perfil de tinta deseado, en el caso de las superficies de metal. Sin embargo, es común que los contaminantes se desprendan fácilmente de cualquier superficie cuando el método aplicado tiene como objetivo crear un perfil de tinta en lugar de simplemente limpiarla.
Tipos de preparación en las superficies de metal
El trabajo de mantenimiento sobre superficies metálicas existentes representa un desafío mayor para los profesionales del recubrimiento, especialmente cuando se trata de grandes estructuras pre-montadas como barcos, puentes y obras de ingeniería civil.
Por lo general, en los soportes metálicos se suelen realizar dos tipos de preparación de superficie que muchas veces son complementarias: mecánica o química.
1. Proceso mecánico
El proceso mecánico consiste en un método en el que se emplean herramientas eléctricas o neumáticas para remover impurezas sobre la superficie como pintura envejecida, la cual debe ser retirada en su totalidad para conseguir un repintado óptimo. Aunque esta técnica no siempre representa la mejor forma de eliminar todos los residuos.
Los métodos mecánicos más aplicados son:
- Arenado: Consiste en la proyección de un polvo abrasivo. Luego, la superficie se cubre con una película protectora o los primeros revestimientos adhesivos.
- Ultrasonido: Es un método costoso que consiste en cavitar el agua por sobrepresión-depresión.
2. Tratamiento químico
El método de tratamiento químico se utiliza para limpiar la superficie sin modificar sus características de humectabilidad. Para ello, se suelen usar productos como:
- Disolventes: Generalmente se utilizan derivados de hidrocarburos o cloro. El disolvente se elige según los elementos contaminantes presentes en la superficie. .
- Saponificación: Se utiliza con el propósito de eliminar grasas animales y vegetales por la reacción. La saponificación implica la utilización de grasa, base da glicerina y jabón
- Emulsificación: Este método se utiliza para grasas no saponificables.
Aunque un tratamiento químico también abarcar otros métodos como el decapado químico, orientado especialmente a superficies metálicas y cuya función es eliminar la capa de óxido.
Cómo es la preparación en un soporte de hormigón
El proceso de preparación de superficie en un soporte de hormigón involucra un primer paso que consiste en evaluar su estado general para determinar si tiene una apariencia óptima, si presenta coqueras o fisuras, si existen elementos contaminantes por presencia de aceites y, si hay humedad freática o superficial, etcétera, etcétera.
La siguiente fase enmarca el conocimiento de su dureza y de las condiciones que va a estar expuesta, incluso se debe identificar qué clase de tránsito tendrá que soportar, si va estar permanentemente en contacto con aceites, ácidos o disolventes. Los tratamientos más comunes a los que se someten las superficies de hormigón son:
- Diamantado
- Lijado
- Granallado
- Fresado.
El hecho es que de acuerdo a las características del soporte y de las condiciones a la que se exponga se determinará el tipo de tratamiento a recibir. Esto significa que los sistemas de preparación varían según la naturaleza y el estado actual de la superficie. Además tienen como propósito proporcionarle rugosidad, limpieza y capacidad de absorción al soporte para procurar la adherencia del sistema protector y otros materiales.
¿Cuál es el mejor método en cada caso?
Para que un método de preparación de superficie funcione, primero hay que analizar las condiciones de la superficie y considerar otros elementos importantes como:
- Accesibilidad.
- Costos.
- Protección de equipo y maquinaria.
- Seguridad.
- Variables del medio ambiente.
Conclusiones
Al fin y al cabo, la preparación de superficie es un proceso que no solo busca retirar elementos o residuos contaminantes en cada soporte, sino que también se realiza con el objetivo de garantizar una óptima adherencia del material protector y prolongar la longevidad de la superficie al máximo.
Sin embargo, para que esta operación tenga éxito es necesario hacer una evaluación de su estado actual y analizar otros factores importantes inherentes a la seguridad, costes y las condiciones ambientales del lugar en el que se encuentra la superficie; si hay mucha humedad, exposición al sol o a sustancias como aceites, etc.
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