El caso es que antes de iniciar una operación de impermeabilización es recomendable realizar cuidadosamente algunas intervenciones preliminares. Con el tiempo, los agentes atmosféricos, especialmente en invierno, tienden a comprometer los materiales de los que están hechos las cubiertas de las casas, provocando problemas que pueden hacer que el ambiente del hogar no solo sea inhóspito, si no completamente inhabitable.
Las infiltraciones, por ejemplo, generan molestas manchas de humedad o moho en el interior de las paredes de las viviendas, de manera que son peligrosas tanto para la estructura del inmueble como para la salud de quienes lo habitan. La intervención necesaria para solucionar estos inconvenientes y evitar complicaciones es la impermeabilización de la cubierta, de este modo, se podrá restaurar y evitar el deterioro del estado del inmueble.
Por el contrario, incluso el mejor sistema de impermeabilización podría fallar. El propósito de este post es, precisamente, revelar qué se tiene que hacer antes de impermeabilizar.
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Te contamos qué se tiene que hacer antes de realizar una impermeabilización
Para una intervención de obra, antes de proceder a la impermeabilización de una terraza o una cubierta, es necesario llevar a cabo una serie de operaciones que requieren atención y preparación. Sobre todo hay que proceder en este orden:
Limpieza del soporte
El primer paso antes de empezar a impermeabilizar es limpiar la superficie. De esta forma será posible eliminar totalmente las piezas inconsistentes en fase de desprendimiento y no dotadas de suficientes características mecánicas.
Una correcta limpieza sirve también para eliminar polvo, grasas, óxidos, pinturas y cualquier otro material capaz de perjudicar la correcta adherencia de los revestimientos posteriores.
Examinar las superficies
Después de haber limpiado las superficies, el segundo paso a seguir es comprobar los desniveles y, si es necesario, intervenir para corregirlos con el fin de evitar el estancamiento del agua.
Ojo, examinar las superficies también significa verificar la presencia de sistemas adecuados de recolección y disposición de agua en la cubierta. Los primeros siempre deben estar equipados con sistemas de protección contra hojas para evitar atascos. Este último caso, aplica si la terraza está delimitada por muretes y no por barandillas, de manera que será conveniente hacer huecos pasantes en los muros y colocar perfiles de goteo para que salga el agua.
Finalmente, entre las operaciones de verificación superficial, también es recomendable evaluar la ausencia de elementos que puedan dificultar la continuidad de la capa impermeabilizante, de hecho, esta capa debe estar adecuadamente levantada en las paredes o en los muros perimetrales. Para ello, hay que retirar o levantar del suelo cualquier maquinaria o elementos no estructurales presentes.
Prepara las superficies
Para evaluar correctamente el sistema de impermeabilización más adecuado al caso, es fundamental conocer el tipo de superficie sobre la que se va a intervenir. ¿Estamos en presencia de una capa bituminosa, baldosas o una superficie de hormigón? Se prevén diferentes procedimientos para cada caso. Veamos cuáles son.
Membranas bituminosas
En el caso de una membrana bituminosa, hay que tener en cuenta que el sistema de impermeabilización debe aplicarse sobre superficies homogéneas. Ello significa que habrá que evaluar cada cierto tiempo si se procede a la retirada de la funda o a la restauración localizada. La extracción es la operación más conveniente cuando la mayor parte de la superficie está deteriorada.
Superficies de hormigón
En el caso de superficies de hormigón, en primer lugar, debemos asegurarnos de que los sustratos estén adecuadamente curados y estructuralmente sólidos. También es recomendable comprobar la presencia y profundidad de la posible degradación cortical y proceder a un posible ciclo de restauración del hormigón.
Entre otras medidas a tomar, aconsejamos eliminar los espaciadores metálicos presentes y rellenarlos y tratarlos donde existan irregularidades profundas y extensas como, por ejemplo, nidos de grava y voladizos entre coladas. Para ello, se debe proceder a la “imprimación” del soporte utilizando resina epoxi y luego realizar el posterior nivelado con mortero.
Superficies embaldosadas
Aquí hay que quitar la primera fila de azulejos de las paredes hasta una altura de unos 20 cm, comprobar su adherencia al soporte y reparar los agujeros o irregularidades del soporte con productos adecuados.
Por último, se tiene que realizar un lavado ácido de la superficie con una formulación capaz de eliminar los residuos de mortero de cemento.
Comprobación y restauración de juntas y bocas de acceso
En las comprobaciones de juntas y bocas de acceso se debe tener siempre en cuenta el estado real de la superficie a impermeabilizar.
De hecho, si durante la fase de construcción de la estructura se diseñó y luego se implementó una red adecuada de juntas artificiales estáticas (recuperación y fraccionamiento) y dinámicas (dilatación y sísmica), entonces es posible proceder a la eventual restauración de los bordes.
Si estamos en presencia de juntas naturales, formadas por ejemplo, por un dimensionamiento incorrecto, entonces se deben evaluar dos casos.
- Si las juntas tienen una línea recta o casi.
- Si las grietas son generalizadas e irregulares.
En el primer caso será necesario crear las juntas realizando cortes siguiendo la tendencia de las juntas naturales. En el segundo caso, sin embargo, la superficie debe restaurarse antes de recrear las juntas.
La impermeabilización de juntas y desagües
Finalmente, llegamos a la última de las operaciones previas a realizar antes de impermeabilizar una superficie: la impermeabilización de las juntas y los scarphies. Para ello, en primer lugar, hay que posicionar el soporte de polietileno de celda cerrada como base de la junta del sellador de poliuretano en el caso de juntas con un ancho superior a 5 mm.
En segundo lugar se puede proceder con la aplicación de una membrana autoadhesiva con el posterior trazado de una malla de refuerzo a saturar con el mortero o con la resina elegida para la superficie.
Por último, los puntos de contacto entre la solera y los pozos de recogida se tratarán aplicando otra lámina autoadhesiva, volteada en el interior del sumidero. En el mismo procederemos, como en el caso anterior, al trazado de la malla de refuerzo.
Conclusiones
Saber qué se tiene que hacer antes de impermeabilizar siempre tendrá un influjo en el resultado final de la operación en general. Como veréis, resulta primordial limpiar y preparar la superficie antes de poneros manos a la obra, por el contrario, seguramente terminaréis perdiendo tiempo y dinero.
Eso sí, cada operación preliminar a la impermeabilización varía según el tipo de material de la superficie, por lo que este es un proceso que es mejor dejar en manos de profesionales en la materia. Son ellos quienes os ayudaréis para garantizar una impermeabilización de calidad.