La formación de condensaciones con la consiguiente aparición de manchas y moho en los ambientes interiores es una de las patologías más comunes en el sector de la construcción. Las causas que determinan y alimentan este fenómeno son muchas y, a menudo, se combinan entre sí, lo que dificulta bastante la identificación de la naturaleza del problema.
El denominador común es siempre la presencia de humedad que, en sus múltiples formas, representa una peligrosa fuente de degradación capaz de causar no sólo problemas estéticos sino también inconvenientes de salud e higiene y estructurales. En consecuencia, el control y eliminación de este fenómeno en edificios y viviendas supone un punto clave en el mantenimiento de los inmuebles existentes.
La definición de las técnicas e intervenciones de restauración más adecuadas no puede prescindir de la identificación y estudio de la clasificación, origen y solución de la humedad en los ambientes internos. Se debe enfatizar, sin embargo, que mayormente, las causas y efectos se entrelazan y condicionan entre sí, lo que dificulta establecer cómo se originó el fenómeno observado.
Podemos decir, por tanto, que los tipos de humedades se diferencian según las causas de la formación. A continuación analizaremos este punto y cómo reconocerlas.
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Tipos de humedades
Hay muchos tipos de humedades que se pueden crear en los ambientes y causar daños en las paredes o problemas en la salud de las personas. Y es fácil para cada uno de nosotros confundirlos entre sí. Veamos cuáles son:
– Humedad capilar o ascendente por capilaridad
La humedad por capilaridad ascendente, o humedad ascendente, se refiere la humedad que los muros atraen del subsuelo por capilaridad o por fuerzas electro-osmóticas. Afecta a edificios o casas antiguas y muchas veces también a las de reciente construcción si no cuentan con una adecuada impermeabilización.
Este tipo de humedad se puede reconocer porque generalmente se manifiesta en forma de una mancha de humedad continua al pie de la mampostería en contacto con el suelo, en ambas caras de la mampostería y con una típica forma de onda.
Las superficies en correspondencia con la mancha de humedad presentan partes más oscuras, burbujas y desprendimientos, eflorescencias y mohos (especialmente si están enlucidas).
– Humedad de condensación
La humedad de condensación deriva de la condensación del agua en el interior de los materiales o sobre su superficie interna en forma de vapor. Cuando el vapor presente en el aire entra en contacto con una superficie, cuya temperatura es inferior a la denominada temperatura de punto de rocío (función de la temperatura ambiente y del porcentaje de aire húmedo presente en el aire), se condensa dando lugar este fenómeno.
¿Cómo reconocerlo? Si la superficie de contacto es impermeable o ligeramente permeable, la humedad se manifiesta con la formación de gotitas de agua visibles a simple vista. Por el contrario, si la superficie es permeable, el agua de condensación es absorbida por el material y se manifiesta en forma de manchas
– Humedad meteórica o de infiltración
Corresponde a la humedad provocada por la penetración de la lluvia en el organismo del inmueble. Ocurre cuando el agua de lluvia, aún por defectos de construcción o deficiencias en el cerramiento, no es rechazada por el sistema de techado y evacuación de agua de lluvia, sino que se infiltra en el cerramiento.
La penetración del agua se puede reconocer por manchas que se limitan a las zonas correspondientes al punto de infiltración en el interior, mientras que en el exterior también pueden ser muy extensas.
– Humedad accidental
Es la humedad provocada por hechos imprevistos como roturas o fugas en las tuberías de alcantarillado, pluviales o de abastecimiento y descarga de agua en los edificios (sistemas de agua, sistemas de calefacción, etc.). Estos imprevistos pueden deberse a defectos de construcción o de funcionamiento, pero también y sobre todo a un mantenimiento deficiente o inexistente.
Tras el daño se genera una mancha que se limita a la zona en la que se produjo la avería, que luego tiende a ensancharse si no se elimina la fuente de agua que la alimenta.
Cómo combatir la presencia de humedad en ambientes interiores, condensaciones y mohos
En todas las situaciones en las que sea necesario transportar la humedad presente en las habitaciones, desde el interior hacia el exterior o. en aquellas en las que queramos preservar las habitaciones manteniendo el nivel de humedad en torno al 55%, es posible utilizar una microesfera cerámica. Se trata de una membrana endotérmica activa que varía su comportamiento según las condiciones externas y que mejora el aislamiento térmico de las paredes, garantizando el control de los valores óptimos de humedad en las habitaciones.
Otro factor importante para mejorar el índice de humedad en las habitaciones es ventilarlas con frecuencia. El funcionamiento de la ventilación mediante la acción manual de abrir las ventanas puede solucionar el problema, pero provoca una dispersión del calor que no podemos permitirnos en invierno. Por este motivo, nacieron los sistemas de ventilación mecánica controlada, que por sí mismos gestionan el intercambio de aire entre el interior y el exterior de un ambiente.
En caso de contaminación y por moho, se puede actuar con un antimoho activo que se pulverice sobre las zonas visiblemente mohosas y, un neutralizador de esporas en el aire para higienizar toda contaminación invisible y prevenir la aparición de nuevos mohos.
Conclusiones
Como sabemos, la humedad es una peligrosa fuente de deterioro que provoca problemas tanto estéticos como estructurales, sin olvidar que puede causar problemas de salud a las personas.
Antes de realizar cualquier trabajo de restauración y gastar dinero para tratar de arreglar la situación, sin embargo, es bueno saber identificar los diferentes tipos de humedades, saber de qué fenómenos dependen y cómo es más efectivo intervenir. La verificación y eliminación de la humedad en viviendas y edificios son dos factores fundamentales tanto en el mantenimiento estos inmuebles como obviamente, en los de nueva construcción. Eso sí, en muchos casos, la formación de humedad depende mucho de la época del año, de la temperatura exterior e interior del ambiente. Y eso no es todo, que la humedad se estanque o no especialmente en los ambientes domésticos, también depende del sistema de ventilación, la exposición al sol y otros factores descritos en este post.